Hay una amplia variedad de formas de agrupar los instrumentos.
Una de ellas es atendiendo a sus materiales de construcción: metal, madera, barro, cuero y así sucesivamente. Esta es una convención seguida en el este de Asia y en cierta medida en la orquesta occidental con las familias de viento-madera y metal. Esta división no es totalmente lógica ya que, por ejemplo, clasifica dentro del viento-madera a las flautas y saxofones metálicos.

Otro sistema consiste en agrupar los instrumentos por su uso (religioso, militar, doméstico) o sus funciones musicales (rítmica, melódica, armónica).

En 1914 apareció un completo aunque complicado sistema conocido como el sistema Hornbostel-Sachs. En él se delimitan las familias instrumentales según lo que vibra y produce el sonido. Estas familias se denominaron: idiófonos (autorresonadores, sobre todo objetos sólidos), membranófonos (resonadores de membrana o parche), aerófonos (resonadores de aire) y cordófonos (resonadores de cuerda). Una quinta familia se ha añadido en los últimos años, los electrófonos (circuitos osciladores electrónicos).