La ley establece que el tamaño de una estructura corporal se modifica por el grado en que se emplea; se aplica sobre todo al hueso y músculo. El que se emplea con regularidad experimenta una tensión adecuada (principio de la sobrecarga progresiva) y responde con hipertrofia. El que no se emplea regularmente responde con atrofia (ley de Wolff).