Flora Iberica: Árboles o arbustos, espinosos o inermes. Hojas simples, pecioladas, caducas –a veces persistentes, en especies extraibéricas–; limbo de margen aserrado –a veces lobado, en especies foráneas–, con nervios secundarios poco numerosos y arqueados hacia el ápice; estípulas linear-lanceoladas, caducas. Inflorescencias en cimas umbeliformes o corimbiformes, simples y paucifloras, en el extremo de ramillas laterales y hojosas (braquiblastos), con brácteas sublineares y caducas. Receptáculo urceolado (hipanto), en general glabro, muy acrescente. Sépalos 5, ± triangulares, patentes, persistentes o caducos. Pétalos 5, suborbiculares, unguiculados, patentes, glabros, blancos, rosados o rojizos. Estambres 15-35; filamentos lineares, glabros; anteras amarillentas. Carpelos 2-5, encerrados en el receptáculo, completamente soldados entre sí y con el receptáculo; rudimentos seminales 2 por carpelo, colaterales, sin falso septo; estilos 2-5, soldados en la base, concrescentes lateralmente con el receptáculo, glabros o pelosos. Pomo, ± esferoidal, ± umbilicado en la base, coronado en el ápice por los restos del cáliz, glabro, de color verde, amarillento, rojizo, pardusco, etc.; epidermis unistrata, carne homogénea, sin células taníferas, con algunas esclereidas, en grupos pequeños junto a la piel, y en forma de capa continua en el interior del corazón, rodeando a las semillas; corazón sin pirenos, formado por 2-5 lóculos, de paredes cartilaginosas. Semillas 1-2 por lóculo, de sección transversal elíptica u ovada, de testa coriácea, de color pardo.