Flora Iberica: Plantas perennes, inermes, de cepa en general ramosa y ± lignificada, con frecuencia sin tallos aéreos; indumento formado por pelos basifijos. Hojas estipuladas, pecioladas, imparipinnadas; estípulas foliáceas o membranáceas, soldadas parcialmente al pecíolo, libres o ± soldadas entre sí por la parte que se opone a éste. Inflorescencias axilares, en racimo, con pedúnculo normalmente más largo que la hoja correspondiente; flores pediceladas o subsentadas, con una bráctea en la base. Cáliz campanulado o subcilíndrico, un tanto zigomorfo, con dientes ± desiguales. Corola glabra, diversamente coloreada; alas a veces escotadas, unguiculadas, con aurícula muy desarrollada; quilla soldada en casi toda su longitud, apiculada en su extremo, auriculada en la base. Androceo diadelfo, con el estambre vexilar libre y los 9 restantes soldados en tubo abierto, de tal forma que alternan los de antera dorsifija con los de antera basifija; filamentos estaminales cilíndricos; anteras elipsoideas, glabras, sin apículo. Ovario sentado o estipitado, ± peloso, con varios rudimentos seminales; estilo cilíndrico, arqueado; estigma húmedo, terminal, capitado. Fruto sentado o estipitado, seco, dehiscente, con varias semillas, con o sin falsos septos. Semillas ± reniformes, con hilo pequeño, sin estrofíolo.