Es un espacio natural protegido de Costa Rica situado entre el tómbolo de punta Uvita y punta Piñuela, en el Distrito Cortés, perteneciente a la provincia de Puntarenas, dentro del litoral pacífico. El parque, creado por decreto ministerial de 14 de diciembre de 1989, tiene una extensión de 110 ha terrestres y 5.375 ha marítimas. Enmarcado en una región de extraordinaria belleza paisajística, tiene además del valor científico, una indudable importancia para el desarrollo del turismo y la educación ambiental.
En efecto, el parque se creó con el propósito de intentar garantizar el mantenimiento de hábitats adecuados para la reproducción y desove de numerosas especies marinas. Además, protege playas arenosas, playas pedregosas, acantilados, arrecifes (rocosos y orgánicos) y el tómbolo de punta Uvita. Esta formación geológica, que sorprende a los visitantes e investigadores, se originó por la deposición de arenas terrígenas y biógenas sobre las rocas que constituyen la unión entre la cabeza del tómbolo y la costa, en forma de cresta.
En el ámbito marino hay que destacar la presencia de arrecifes orgánicos, o arrecifes de coral, que están formados por corales hermatípicos, organismos que favorecen la unión de los elementos. La estructura del arrecife, porosa, favorece la formación de canales y cavidades que se intercomunican, y esto permite que convivan en el arrecife una gran cantidad de especies. Los arrecifes coralinos precisan para su desarrollo una temperatura de entre 18 ºC y 23 ºC, y son muy sensibles a los cambios de temperatura. En este parque se han identificado tres especies de coral de las que corresponden al Pacífico oriental. Otras especies que habitan el sector marino son cangrejos, algas, esponjas y algún tipo de molusco. Se pueden observar también dos tipos de reptiles, la iguana verde y el cherepo, y entre las aves marinas, fragatas y pelícanos.