En biología, dícese del material granular que comprende el contenido vivo de una célula, es decir, todas las sustancias de la célula a excepción de las grandes vacuolas y el material que ha sido recientemente ingerido o que va a se excretado; consiste en el núcleo embebido en un gel de citoplasma, e incluye la membrana plasmática.
En botánica, en sentido prístino de la palabra, Huxley «base física de la vida», materia viscosa fundamental contenida en la célula de todo ser vivo (plasma). En sentir de Purkinje 1840, materia plástica que inicia la formación del embrión animal. En sentir de H. v. Hohl, la sustancia celular, por oposición a la que constituye el núcleo, de manera que resulta sinónimo de citoplasma (Bot. Zeit., 1846). Para Strasburger, el contenido viviente completo de la célula, es decir, no solo el citoplasma también el núcleo y los plastidios, en este sentido se emplea protoplasma, que viene a ser sinónimo de protoplasto (1882) F. Q.
Dícese de materia viva propiamente dicha englobando citoplasma y núcleo; el núcleo formado por nucleoplasma, por cromosomas residuales y por nucléolo, y está recubierto por una membrana (membrana nuclear), que lo separa del citoplasma; el citoplasma esta limitado, hacia fuera, por una membrana citoplasmática: todas estas partes están formadas por protoplasma. Tanto el citoplasma como el nucleoplasma tiene de común que son soles o geles, según la hidratación y otras condiciones de las proteínas y otros compuestos. La fase dispersante es esencialmente una disolución acuosa de azúcares y sales ionizables, mientras que la fase dispersa es una mezcla compleja de proteína, lipoide, y ácido nucleico, formando un coloide complejo. La característica fundamental de este sistema coloidal del protoplasma no está en su composición, sino en su aptitud para el metabolismo, para los cambios energéticos, los cuales se hacen en general con ayuda de enzimos, que existen en el protoplasma. Los únicos compuestos químicos que, se forman exclusivamente en los seres vivos y que, por tanto, caracterizan el protoplasma, son la proteína. El protoplasma fundamental, no diferenciado, tal como se encuentra, por ejemplo, en las células embrionarias en rápida división, las proteínas se supone que están bajo la forma de cadenas polipeptídicas más o menos largas, pero sin constituir propiamente moléculas diferenciadas; la estructura está en constante modificación según las necesidades del metabolismo. Cuando por diferenciación se forman fibrillas, membranas, etc., los diferentes compuestos, proteína, lípido, ácido nucleico, se disponen en sistemas más o menos estables.
Es característico del protoplasma el que contenga siempre, en una substancia fundamental (sol o más o menos gel), inclusiones de tamaño y aspecto variables; las más importantes deben ser las de dimensiones inframicroscópicas, los microgránulos en los que estarían muchos de los enzimos celulares. Lo que parecen más cierto, a este respecto, es que los enzimos celulares actúan en la superficie de granulaciones o de formaciones diminutas en las células y no en el protoplasma básico, no estructurado (enzima o fermento).
El protoplasma puede cambiar su aspecto sobre todo, por deshidratación y coagulación. La fijación histológico normal consiste en una coagulación más o menos fina o grosera, lo que da origen a retículo, granulación mayor o menor, aspecto alveolar, etc. Pero cuando se trata de buenos fijadores, la estructura de la célula fijada es muy semejante a la de al célula viva, tal como se puede observar con el microscopio de contraste de fases, con el cual se pone en evidencia que en muchos casos hay una estructura vital reticular, alveolar, etc. Esto, por lo regular, es una separación de fase; una más y otra menos hidratada, en que toman parte lipinas como limitantes de membranas.
Muchos cambios en la célula están ligados a cambios en la viscosidad intracelular, que denuncian el paso de sol a gel o viceversa. Ver también citoplasma, núcleo, condrioma (J. H. y S.).