Es un método para evaluar la función vestibular del oído en el paciente con vértigo o pérdida de audición. La posición del paciente se cambia rápidamente de sentado a tumbado con el cuello hiperextendido, y luego se vuelva a sentar. A continuación se puede valorar el nistagmo, procediendo además a diagnosticar los trastornos específicos del vestíbulo.