Se aplica al uso de medicamentos especiales que se llaman sedantes para aliviar el sufrimiento extremo al hacer que un paciente se calme, no esté alerta o no esté consciente. Se puede utilizar en pacientes con síntomas que no se pueden controlar con otro tratamiento. La sedación paliativa se puede administrar a pacientes en la etapa final para que estén más cómodos. Esta no acorta la vida ni causa la muerte.