Se aplica a una mayor transpiración de lo normal para el ambiente dado, por lo normal, es un signo de fiebre séptica, tuberculosis pulmonar, hipertiroidismo, enfermedad renal crónica o paludismo; la sudación anormal de las manos y de los pies es a menudo un signo de irritabilidad nerviosa o de otros factores de estrés emocional.