Teoría sobre la continuidad del plasma genético, publicada por August Weismann en 1886. Proponía que el contenido de las células reproductoras, el óvulo y los espermatozoides, pasaba sin modificación de una generación a la siguiente, sin afectarse por los cambios que podría sufrir el resto del organismo. Esto anulaba cualquier posibilidad de transmitir de forma hereditaria las características que se iban adquiriendo, en oposición a los fundamentos de la teoría darwiniana.