La intoxicación producida por la ingestión o por la inhalación de antimonio o de sustancias que lo contienen, que se caracteriza por la aparición de vómitos, sudoración, diarrea y sabor metálico en la boca. Como consecuencia de la exposición extrema se puede producir una irritación de la piel o de las mucosas: la intoxicación grave se parece a la intoxicación por arsénico.