Flora Iberica: Perennes, crasas, sin papilas cristalinas. Tallos postrados, al fin leñosos y des-nudos o con restos de hojas secas. Hojas opuestas, sésiles, semiamplexicaules ligeramente adratas en la base, de sección triangular. Flores grandes, solitarias, terminales, con pedúnculo comprimido, bracteolado. Tépalos (4)5. Estaminodios petaloideos numerosos, libres, en 3-4 verticilos, blancos, amarillentos o purpúre­os. Estambres numerosos, primero erectos, luego convergentes hacia los estig­mas; filamentos hialino-barbados en la parte inferior o solamente en la base. Ovario ínfero, de (6)10-16 carpelos; placentación parietal o a veces parietal y axilar; estigmas sésiles, en disposición radial, subulados, plumosos. Fruto in­dehiscente, carnoso o pulposo, con (6)10-16 lóculos, frecuentemente comestible. Semillas obovoideas, algo comprimidas, con funículo manifiesto, inmersas en mucílago.