Se dice de la oclusión de uno o más pequeños vasos sanguíneos, en especial los de los músculos, tendones y articulaciones, se produce por burbujas gaseosas en expansión. Los émbolos gaseosos pueden romper los tejidos y los vasos sanguíneos, produciendo un trastorno por descompresión y la muerte. Los émbolos son más peligrosos en el sistema nervioso central, debido a los cambios neurológicos asociados, por ejemplo síncope, parálisis y afasia.